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Tradicionalmente la motivación se ha entendido como algo
situado dentro de la persona que podría explicar algunos comportamientos y
tener un papel causal sobre la conducta manifiesta de cambio.
Frente a esta perspectiva, el análisis de la conducta ha
formulado el concepto de operación de establecimiento como estímulo u operación
ambiental que altera momentáneamente las funciones de estímulos y la probabilidad
de respuestas posteriores, lo que permite estudiar la motivación sin recurrir a
inferencias o a términos cognitivistas.
Desde este punto de vista el estudio de la motivación en
terapia pasaría por el análisis del efecto que determinadas verbalizaciones del
terapeuta tienen sobre la conducta del cliente.
Concretamente, proponemos que el análisis de las
verbalizaciones motivadoras del terapeuta se centre en aquellas descripciones
que los terapeutas hacen de las situaciones estimulares que han sido, son o serán
consecuencia de la conducta del cliente.
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