* Este
término, introducido por Skinner en 1953, tenía el objetivo de nombrar el
proceso por el cual se podían identificar aquellas variables independientes que
están relacionadas de manera funcional con la conducta humana. Es decir,
permite identificar aquellas variables que están relacionadas funcionalmente
con la ocurrencia de la conducta problemática; el énfasis se sitúa en la
función de la conducta en lugar de en su forma. Así, el análisis funcional de
la conducta se convierte en un método individualizado y comprensivo que
posibilita identificar la razón o la función de una conducta problemática con
el fin de diseñar e implementar intervenciones individualizadas a partir de
este conocimiento.
De este modo, se asume una importancia cada vez mayor de los
factores ambientales; la conducta no se produce al azar, sino que se manifiesta
en un contexto de múltiples variables que interactúan (individuales, de
motivación, de instrucción, ambientales y biológicas). Esta complejidad, añade
nuevos retos a la comprensión y el tratamiento de las conductas problemáticas.
*Análisis y Modificación de Conducta, 2011, vol. 37, nº 155-156