La
característica esencial de los trastornos de conducta en los niños es que son
conductas desviadas, con respecto a las normas sociales que privan en
determinada cultura y que son incomprensibles en el sentido de que persisten en
el tiempo, pese a las consecuencias negativas que vive el niño en la relación
tanto con sus compañeros como con los adultos.
El
enfoque conductista considera que conducta desadaptada es aprendida, de modo
que investiga la historia del aprendizaje de la conducta desadaptada en su
contexto de interacción.
La
terapia del comportamiento se interesa fundamentalmente en determinar las
relaciones funcionales entre los acontecimientos del ambiente y/o los estímulos
y las respuestas del organismo. Las
conductas desadaptadas, no se consideran cualitativamente diferentes de
aquellas que se denominan de manera arbitraria conducta normal.
En la
evaluación conductista se evalúan los excesos, déficits y habilidades
conductuales mediante preguntas tales como: ¿Qué está haciendo el niño en forma
explícita o encubierta, que lo lleva al conflicto con su ambiente? ¿Cuáles son
las variables que potencialmente controlan estas conductas? Se pone especial interés en la información
empírica directa y altamente individualizada.
Una
manera conveniente de organizar la información obtenida en la evaluación de una
conducta desadaptada y que facilita la discriminación de métodos específicos de
tratamiento, se describe a continuación, según Goldried y Sprafkln (1976):
1.
Estimulación. Estudiar la estimulación
externa o interna del ambiente que pudiera influir de alguna manera en el
comportamiento del niño.
2.
Organismo. Evaluar el estado biológico
del niño, incluso las variables genéticas, neurológicas, bioquímicas y
mecánicas que afectan la forma de la conducta.
3. Respuesta. Medición de la conducta motora, la conducta
verbal cognoscitiva y la conducta emocional fisiológica.
4.
Contingencia. Relación entre la conducta
y sus consecuencias, incluso la frecuencia y el tiempo de los resultados de la
respuesta.
5.
Consecuencia. Se refiere a las
consecuencias de la conducta, incluso los diversos sucesos agradables y
desagradables.
Tomado de
Felicitas Kort Rosemberg, Psicoterapia Conductual Y Cognitiva
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