
Entonces, al entrenar
el seguimiento de instrucciones, la conducta quedaría bajo el control de estas,
lo que sería incompatible con la hiperactividad. También se observó que el
seguimiento de instrucciones podía ser entrenado sin contar con los repertorios
procurrentes de atención e imitación, que se habían considerado como necesarios
para el seguimiento de instrucciones.
Guillermo Hinojosa; Edgar Galindo (1992)