Desde la teoría de la conducta, el problema de la
consciencia se relaciona con los contextos en los cuales decimos que un
organismo es consciente. El significado más simple de la palabra consciencia
consiste en percatarse del ambiente. Decimos que una persona está consciente
cuando responde a los estímulos ambientales. Aun así, puede no ser suficiente decir que el
ser consciente implica la sola capacidad del organismo para responder ante su
ambiente. Por ejemplo, decimos que una persona “sabe o conoce algo” (y en este
caso diríamos que la persona es “consciente de algo”), cuando se comporta de
forma adecuada al contexto (p. ej., emite una conducta que es reforzada en
presencia de estímulos discriminativos correlacionados). Por lo general,
consideramos que una persona está consciente de sus acciones cuando es capaz de
verbalizar las contingencias que controlan su comportamiento.
Salgado García Edgar, (2003).