Compra
comida en un supermercado o en una tienda de comestibles.
1. Represente una tienda de comestibles. Ponga latas vacías de comida con sus
respectivos precios en estantes o en mesas.
Asegúrese de que cada artículo lleva el precio. Entregue a la niña una lista de la compra;
use dibujos en lugar de palabras. Pídale que
busque los artículos y los pague.
2. Organice una comida.
Ayude a decidir el menú y a hacer la correspondiente lista de la compra,
escrita o mediante dibujos (ver figura).
Lleve a la niña a una tienda de comestibles y dígale que busque los
artículos de la lista y los pague. De
vuelta, diga a la niña que prepare y sirva la comida.
Figura: Modelo de la lista de la compra.
2. Acompañe a la niña a
comprar a un supermercado a una tienda de comestibles. Señale
varios artículos y compare los precios de artículos similares;
por ejemplo, sopas de distintas marchas.
Dígale que pruebe la marca más barata y la más cara para comparar los
sabores. Si el usuario cree que saben
igual dígale que compre la mas barata.
Explíquele que un precio alto no significa necesariamente mejor calidad.
4. Llene un cesto con comestibles. Ayude a hacer una estimación de lo que pueden
costar los comestibles del cesto y compruebe que la niña dispone de suficiente
dinero. Si el coste estimado es más alto
que la cantidad de dinero de que dispone la niña, explíquele que debe devolver
a sus estantes los productos que no sean imprescindibles, ya que no podría
pagar todo lo que hay en el cesto. Vayan
devolviendo a sus estantes los artículos hasta que considere que el usuario
tiene suficiente para pagar.
5. Como precaución, diga a la niña que guarde siempre en su
monedero una cierta cantidad de dinero para cualquier emergencia. Una emergencia podría ser cuando, a pesar de
la estimación, el usuario no dispone de suficiente dinero para pagar. Entonces podría usar su dinero de reserva
para cubrir la diferencia. Recuerde al
usuario que luego debe reponer el dinero de reserva.
6. Acompañe a la niña a comprar a las tiendas de comestibles y
permítale gradualmente que adquiera una mayor independencia al elegir la
compra, y una mayor responsabilidad en estimar el coste final.
Compra los
artículos que necesita teniendo en cuenta de qué tipo de material están hechos.
1. Lleve a su hija a que mire catálogos y anuncios del
periódico. Busquen fotografías o
anuncios de lencería. Ayúdele a elegir
los pijamas o camisones que le gustan y a comparar los materiales con que están
hechos; por ejemplo, franela, nylon o algodón, y si los materiales son
inflamables o no. Explique que la
franela es adecuada para el invierno y que el algodón lo es para el verano.
2. Lleve a la niña a una tienda a comprar pijamas. Ayúdele a comprobar las etiquetas para ver si
el material del que están hechos es de su gusto y responde a lo que
necesita. También compruebe que se trata
de un material difícilmente inflamable.
Si el material y el estilo son los deseados para ella, ayúdele a comprar
los pijamas.
3. Muestre en casa una toalla, un trapo de lino y otro de
rayón, en una tina llena de agua y cinco o seis platos. Moje un plato y séquelo con la toalla. Señale que la toalla absorbe el agua y el
plato se seca rápidamente. Moje otro
plato y pida al usuario que lo seque usando el trapo de lino. Señale de nuevo que el lino absorbe el agua y
el plato se seca rápidamente. Moje un
tercer plato y pida al usuario que lo seque usando el paño de rayón. Señale que el rayón no absorbe tan bien el agua
y que por tanto el plato no se seca con tanta rapidez. Explique que la toalla y el lino son
adecuados para usarlos como trapos de cocina, y que el rayón no. Enseñe a las etiquetas de los trapos que
indican de qué material están hechos: algodón, lino o rayón. Diga al usuario que debe comprar paños de
cocina de algodón o lino, pero nunca de rayón.
4. Confeccione tarjetas con las palabras algodón, lino y
rayón. Practique enseñando las tarjetas
hasta que pueda identificar las palabras.
5. Llévela a comprar paños de cocina para su casa o para la
escuela. Dígale que elija los paños que
le gusten, y que mire la etiqueta para asegurarse de que son de algodón o de
lino. Si hay paños de rayón recuérdese
que el rayón no es un material adecuado para los trapos de cocina. Ayúdele a pagar los trapos.
6. Lleve a la niña comprar cubiertos de plástico. Explíquele que los cubiertos de plástico son
más baratos que los otros y que son adecuados para utilizarlos en comidas o
meriendas en el campo, ya que si se pierden pueden reemplazarse con poco
gasto. Pero dígale que para el uso
diario debe utilizar los de metal.
Subraye que los de plástico son adecuados para determinadas situaciones.
7. Ponga la mesa para cuatro comensales. En dos de los sitios coloque cubiertos de
metal y en los otros dos de plástico.
Comente con el usuario el uso apropiado de cada uno; por ejemplo,
cubierto de plástico para meriendas o almuerzos en el campo, etc., y de metal
para comidas en casa.
8. Lleve a la niña a comprar utensilios de cocina, tales como
cucharas para guisar. Enseñe las
cucharas grandes de madera y explíquele que se utilizan para cocinar porque no
se calientan al remover la comida. Explíquele que para remover nunca debe
utilizar cubiertos de metal, ya que éste absorbe el calor y le quemaría las
manos. Ayude a que elija y pague las cucharas.
9. Organice una actividad culinaria que exija remover la
comida mientras se está haciendo; por ejemplo, sopa. Ponga distintas cucharas de metal y de madera
sobre la mesa. Dígale que elija la
cuchara adecuada para remover lo que está cocinando. Si el usuario alije una cuchara de madera, prémiele. Si elige una de metal, recuérdese que el
metal absorbe el calor y pídale que vuelva a elegir. Una vez que elija la cuchara de madera, dígale
que termine la actividad. Ayude cuando sea necesario.
Registre las ocurrencias.
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