En psicología existen numerosas corrientes, cada una representa una teoría particular, la Psicología Sistémica, la Psicología Cognitiva, el Psicoanálisis, la Gestalt, entre otras. De cada una de estas corrientes se desprenden a su vez estrategias terapéuticas muy diversas.
El resultado de esto es que, si usted necesita un
tratamiento, pues puede elegir entre una variedad impresionante de formas de
trabajo. Como mínimo y sin ningún temor a equivocamos usted podría elegir entre
unas 200 escuelas distintas de psicología para llevar adelante el tratamiento
que necesita ¿Confuso no?
Sin embargo, no todas estas corrientes, escuelas de
psicología o formas de hacer terapia tienen la misma validez en términos
científicos. Mientras algunas adhieren y practican el método científico, otras
lo rechazan de cuajo, y lo critican severamente.
Para entender esta situación podríamos hacer una comparación
con una circunstancia que ocurre dentro de la medicina y es, seguramente, más
conocida. Dentro de la medicina tenemos a los médicos alópatas por un lado y los
homeópatas por el otro.
Los médicos alópatas siguen lineamientos científicos rigurosos
en su accionar a la hora de prescribir un tratamiento para un problema dado, mientras
que los homeópatas basan sus prácticas en teorías que no poseen dicho respaldo
científico.
De la misma manera en psicología, la Modificación de
Conducta implica una serie de prácticas terapéuticas basadas en la psicología
experimental, lo cual la diferencia del resto de prácticas psicológicas (salvo
algunas pocas excepciones) que podrían compararse con la del homeópata que
realiza prácticas terapéuticas sin el citado respaldo científico.
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