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El efecto placebo es un fenómeno que implica cambios biológicos en el organismo, que tienen su origen en interacciones de carácter psicológico que actúan en el sentido de una restauración, mantenimiento o mejoría de la salud, y que el mismo puede producirse de forma independiente o complementaria a la administración de tratamientos biomédicos activos o inactivos.
Nuestro conocimiento inmunológico no es suficiente para explicarnos por qué estímulos inmunológicamente neutros pero emocionalmente intensos, son capaces de producir reacciones alérgicas; por qué pueden hacerse desaparecer las verrugas bajo hipnosis; por qué el ambiente social puede determinar la respuesta individual a enfermedades infecciosas; por qué virus latentes dan lugar a enfermedades manifiestas bajo circunstancias estresoras para el organismo infectado; o por qué al ser expuestos a los mismos agentes infecciosos sólo enferman algunos individuos.
Desde el
momento en que el estado psicológico de un individuo puede influir el curso de
enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario -tales como infecciones,
enfermedades autoinmunes y ciertos tipos de cáncer-, la investigación de los
vínculos entre el psiquismo y la inmunidad adquiere tres importantes
implicaciones -clínicas: posibilidad de que los tratamientos psicológicos
puedan usarse como terapéuticas de apoyo para suprimir la respuesta
inmunológica tanto en enfermedades amenazadoras para la vida como en trastornos
menos graves; posibilidad de que tales tratamientos puedan usarse, igualmente, para
mejorar el sistema inmune, en particular, en grupos vulnerables, y, finalmente,
clarificación de la importancia de la protección que es capaz de proporcionar
un enfoque positivo de la existencia.
Bayés, R., & Borrás, F. X. (1993). Aportaciones de la
psicología experimental al análisis del efecto placebo. Revista latinoamericana
de psicología, 25(3), 345-363.
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