La evaluación del comportamiento infantil
actualmente se considera como una estrategia exploratoria. Según Nelson y Hayes (1979), la meta de la
evaluación del comportamiento de un niño consiste en identificar unidades de
respuesta significativa e indicar las variables que la controlan con el fin de
entender y alterar la conducta.
En la evaluación conductista se utilizan categorías para evalúan los
excesos, déficit y
habilidades conductuales mediante preguntas tales como: ¿Qué está haciendo el
niño en forma explícita o encubierta, que lo lleva al conflicto con su
ambiente? ¿Cuáles son las variables que controlan estas conductas?. Se pone especial interés en la información
empírica directa y altamente individualizada.
La evaluación conductual comienza a partir de las siguientes cuatro
metas:
a) Identificar
las conductas "problema".
b) Procesar
una investigación funcional de estas conductas "problema".
c) Ayudar
a escoger la intervención apropiada.
d) Evaluar
el progreso.
Organización de la información obtenida por
la evaluación
Una manera conveniente de organizar la
información obtenida en la evaluación de una conducta desadaptada y que
facilita la discriminación de métodos específicos de tratamiento según Goldried
y Sprafkln (1976) , se describe a continuación,
Tomado de www.feminis.com
1. Estimulación. Estudiar la estimulación externa o interna
del ambiente que pudiera influir de alguna manera en el comportamiento del
niño.
2. Organismo. Evaluar el estado
biológico del niño, incluso las variables genéticas, neurológicas, bioquímicas
y mecánicas que afectan la forma de la conducta.
3. Respuesta.
Medición de la conducta motora, la conducta verbal cognoscitiva y la
conducta emocional fisiológica.
4. Contingencia. Relación entre la conducta y sus
consecuencias, incluso la frecuencia y el tiempo de los resultados de la respuesta.
5. Consecuencia. Se refiere a las consecuencias de la
conducta, incluso los diversos sucesos agradables y desagradables.
Criterios de intervención
Para
Mash y Terdal (1981) los criterios más comunes para el tratamiento de
comportamientos desadaptados son los siguientes:
1. Se trata de un comportamiento que es
físicamente peligroso para el niño y/o para los otros niños.
2. Las metas de los cambios de
comportamiento deben ser positivas, y destacar lo que el niño debe hacer y no
lo que no debe hacer.
3. Es necesario dar prioridad a los
comportamientos esenciales para la evolución del niño, como lenguaje, actuación
académica, desarrollo cognoscitivo, habilidades motoras y habilidades sociales,
ya que si estos problemas no se corrigen a tiempo, se acumulan las deficiencias
y el niño queda cada vez más atrasado.
4. Se da prioridad a los comportamientos más
elementales para facilitar el manejo posterior de la cadena de respuestas de
conductas más complejas.
5. Se destacan los comportamientos que
aumentan la flexibilidad del niño en la adaptación y cambio frente a nuevas
situaciones mediante procedimientos de automanejo y autocontrol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Alguna pregunta?