Recientemente, noticias importantes en diarios como The New York Times, USA Today y The Wall Street Journal publicaron artículos denunciando el hecho que los psiquiatras que deciden qué “enfermedades mentales” son incluidas en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés), publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), tienen nexos con las compañías que manufacturan psicofármacos para “tratar” estos trastornos.
Condiciones que se “votan en existencia”
El DSM ha crecido de tan sólo 119 conductas en 1968 a 886 en
su última edición e incluye categorías tan amplias que cualquiera puede ser
diagnosticado de “mentalmente enfermo.”
A diferencia de otras enfermedades médicas, no hay prueba
objetiva de ningún químico o causa biológica de ningún trastorno del DSM. No
obstante, miles de millones de dólares en drogas psiquiátricas son recetados
para “tratar” estas condiciones cada año —condiciones que comprenden síntomas
que los psiquiatras, literalmente, votan para incluirlos en el DSM.
El nexo DSM-compañía farmacéutica
Puede parecer difícil de creer cómo es que tanto
psicotrópico (droga que altera la mente) puede recetarse para tratar
condiciones que no existen físicamente —hasta que uno se percata que la misma
gente que define los “trastornos” tiene nexos financieros con las compañías
farmacéuticas.
Un estudio publicado este abril de 2006 en Psychotherapy and
Psychosomatics reveló la relación incestuosa entre la industria farmacéutica y
el DSM. Lisa Cosgrove, psicóloga de la Universidad de Massachussets, y Sheldon
Krimsky, profesor en la Universidad Tufts, realizaron un estudio titulado
“Nexos Financieros entre los Miembros del Panel del DSM-IV y la Industria
Farmacéutica.”
El estudio reveló que más de la mitad de los 170 miembros
del panel responsables del DSM tenían nexos financieros ocultos con la
industria. Más alarmante aún es que el 100 por ciento de los “expertos” de los
paneles sobre el rubro de trastornos de la personalidad del DSM estaban
involucrados con la industria de drogas lícitas.
Los “trastornos de la personalidad”, que incluyen la
“depresión”, el trastorno “bipolar” y al “esquizofrenia” son tratados con la
más grande venta de drogas del mundo: en 2004 las ventas ascendieron a $20.3
mil millones de dólares para antidepresivos y $14.4 mil millones para los
llamados neurolépticos.
El estudio también mostró que en 2003 la industria le dio
$7.5 millones a la revista de la APA en publicidad, incrementando esa cantidad
el 22% en un año hasta $9.1 millones.
La doctora Cosgrove dijo que el público “está inconsciente
de qué tan flagrante es el nexo financiero en el campo de la psiquiatría” hacia
la industria.
FDA-cabala farmacéutica psiquiátrica
El público tampoco está consciente de los nexos entre la
Administración de Alimentos y Medicinas (FDA en sus siglas en inglés) con la
industria. El renombrado grupo de “tanques pensantes” de Washington llamado
Public Citizen realizó un estudio subsecuente que determinó que el comité
consultor de miembros de la FDA también tenía nexos con la industria.
Esto hace que los resultados de la doctora Cosgrove sean
todavía más preocupantes dado que, como asevera, la FDA “no aprobará un
psicofármaco para tratar enfermedad mental a menos de que la condición exista
en el DSM. Las compañías de psicofármacos pueden así venderlos a los
consumidores”.
No existen pruebas de sangre para condiciones inventadas
En las entrevistas de los medios de comunicación, la doctora
Cosgrove confirmó que CCHR y otros han estado declarando por décadas que “No
existen pruebas de sangre sobre los trastornos del DSM. Estos se basan en
juicios de practicantes que, a su vez, se basan en ese manual.
”Se hicieron críticas al DSM en otro estudio en la revista
Public Library of Science, publicada por una asociación civil, que acusó a la
industria de "traficante de enfermedades", inventado enfermedades
tales como "síndrome de las piernas inquietas," "trastorno de
ansiedad social" y "Trastorno premenstrual deprimente."
Dra. Lisa Cosgrove, University of Massachusetts, Boston.
Publicado en http://industriafarmaceutica.blogspot.com/
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