martes, 22 de julio de 2008

El manual DSM criticado por sus nexos con las compañías farmacéuticas.



Recientemente, noticias importantes en diarios como The New York Times, USA Today y The Wall Street Journal publicaron artículos denunciando el hecho que los psiquiatras que deciden qué “enfermedades mentales” son incluidas en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés), publicado por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), tienen nexos con las compañías que manufacturan psicofármacos para “tratar” estos trastornos.

Condiciones que se “votan en existencia”

El DSM ha crecido de tan sólo 119 conductas en 1968 a 886 en su última edición e incluye categorías tan amplias que cualquiera puede ser diagnosticado de “mentalmente enfermo.”

A diferencia de otras enfermedades médicas, no hay prueba objetiva de ningún químico o causa biológica de ningún trastorno del DSM. No obstante, miles de millones de dólares en drogas psiquiátricas son recetados para “tratar” estas condiciones cada año —condiciones que comprenden síntomas que los psiquiatras, literalmente, votan para incluirlos en el DSM.

El nexo DSM-compañía farmacéutica

Puede parecer difícil de creer cómo es que tanto psicotrópico (droga que altera la mente) puede recetarse para tratar condiciones que no existen físicamente —hasta que uno se percata que la misma gente que define los “trastornos” tiene nexos financieros con las compañías farmacéuticas.

Un estudio publicado este abril de 2006 en Psychotherapy and Psychosomatics reveló la relación incestuosa entre la industria farmacéutica y el DSM. Lisa Cosgrove, psicóloga de la Universidad de Massachussets, y Sheldon Krimsky, profesor en la Universidad Tufts, realizaron un estudio titulado “Nexos Financieros entre los Miembros del Panel del DSM-IV y la Industria Farmacéutica.”

El estudio reveló que más de la mitad de los 170 miembros del panel responsables del DSM tenían nexos financieros ocultos con la industria. Más alarmante aún es que el 100 por ciento de los “expertos” de los paneles sobre el rubro de trastornos de la personalidad del DSM estaban involucrados con la industria de drogas lícitas.

Los “trastornos de la personalidad”, que incluyen la “depresión”, el trastorno “bipolar” y al “esquizofrenia” son tratados con la más grande venta de drogas del mundo: en 2004 las ventas ascendieron a $20.3 mil millones de dólares para antidepresivos y $14.4 mil millones para los llamados neurolépticos.

El estudio también mostró que en 2003 la industria le dio $7.5 millones a la revista de la APA en publicidad, incrementando esa cantidad el 22% en un año hasta $9.1 millones.

 

La doctora Cosgrove dijo que el público “está inconsciente de qué tan flagrante es el nexo financiero en el campo de la psiquiatría” hacia la industria.

FDA-cabala farmacéutica psiquiátrica

El público tampoco está consciente de los nexos entre la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA en sus siglas en inglés) con la industria. El renombrado grupo de “tanques pensantes” de Washington llamado Public Citizen realizó un estudio subsecuente que determinó que el comité consultor de miembros de la FDA también tenía nexos con la industria.

Esto hace que los resultados de la doctora Cosgrove sean todavía más preocupantes dado que, como asevera, la FDA “no aprobará un psicofármaco para tratar enfermedad mental a menos de que la condición exista en el DSM. Las compañías de psicofármacos pueden así venderlos a los consumidores”.

No existen pruebas de sangre para condiciones inventadas

En las entrevistas de los medios de comunicación, la doctora Cosgrove confirmó que CCHR y otros han estado declarando por décadas que “No existen pruebas de sangre sobre los trastornos del DSM. Estos se basan en juicios de practicantes que, a su vez, se basan en ese manual.

”Se hicieron críticas al DSM en otro estudio en la revista Public Library of Science, publicada por una asociación civil, que acusó a la industria de "traficante de enfermedades", inventado enfermedades tales como "síndrome de las piernas inquietas," "trastorno de ansiedad social" y "Trastorno premenstrual deprimente."

 

Dra. Lisa Cosgrove, University of Massachusetts, Boston.

Publicado en http://industriafarmaceutica.blogspot.com/

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