miércoles, 2 de julio de 2008
La terapia floral de Bach, otra pseudoterapia mística, esotérica y fraudulenta
La denominada "terapia floral de Bach” es un sistema de pseudodiagnóstico y pseudoterapia cuasi-homeopática desarrollado en los años 30 del siglo pasado, por el médico británico Edward Bach (1886-1936). Bach pensó que había descubierto por medios psíquicos o intuitivos las propiedades terapéuticas de 38 flores. Llegó a sus "descubrimientos” por "inspiraciones”. Por ejemplo, mientras que paseaba tuvo la idea de que las gotas de rocío sobre una planta, calentadas por el sol, captarán el supuesto poder curativo de la planta. De esta forma Bach preparó las "esencias” a base de agua y plantas.
Pura metafísica
Para Bach, estas flores salvajes tienen un alma o energía, con afinidad por el alma humana. La energía espiritual de la flor se puede transferir al agua. Los adeptos consumen una mezcla homeopática de esencia de flor, agua mineral y alcohol , con el objetivo de que el alma floral se armonice con la energía de su alma.
Bach pensaba que la enfermedad es la consecuencia de una "contradicción entre la finalidad del alma y el punto de vista de la personalidad” . Este conflicto interno provoca humores negativos y bloqueo de energía que origina la falta de "armonía" conducente a las enfermedades físicas.
Relaciones kármicas
Cada una de las 38 flores del sistema de Bach, se emplea para equilibrar dolores emocionales , o en el caso de un desequilibrio avanzado, curar los síntomas físicos. Por si no fueran sorprendentes las falsas conclusiones de Bach, posteriormente en California (EE.UU.) se ha descubierto que la humilde flor myosotis sirve para "mejorar la sensibilidad a las relaciones kármicas más allá del umbral límite”. Y que la armonía común es beneficiosa para "la sensibilidad de los sueños y el control consciente de la vida física”
La "Flower Essence Society” de California , indica que ha investigado en los últimos 15 años, habiendo logrando 72 nuevos remedios en base a plantas y flores nativas de EE.UU., ampliando de esta forma las dolencias supuestamente tratables por las 38 plantas descritas por Bach, a un total de 200.
Efectos milagrosos
Con frecuencia algunos medios de comunicación ofrecen entrevistas a gente que dice lograr efectos milagrosos con esta pseudoterapia, incluso a veces aparecen médicos, diciendo que oliendo un aceite se curan "las varices, la celulitis, la tensión arterial, los estados emocionales" ¿De veras alguien, sin necesidad de ser químico, médico o farmacéutico, puede aceptar las afirmaciones delirantes de Bach, a finales del siglo XIX, sobre los efectos maravillosos de 38 flores, precisamente de Gales (Gran Bretaña) su tierra? Parece ser que sí, pues estas falsas medicinas gozan de amplia difusión. Hasta hay algún licenciado, mal llamado médico, que se ha apuntado al carro pseudocientífico, aunque no se lo hayan enseñado en su Facultad. Y es que para algunos médicos, los negocios son los negocios.
Dado que las reivindicaciones de esta terapia son metafísicas y no empíricas, no hay forma de verificarla y aplicarle el método científico, como se hace con cualquier tratamiento médico. Lo aconsejable sería la opinión sistemática de los Colegios de Médicos, de las Facultades de Medicina y sobre todo del Ministerio de Sanidad para contrarrestar estos fraudes que, para más confusión, usan un lenguaje aparentemente científico que despista a la gente. Su silencio es cómplice de esta ola de irracionalidad.
Los que se benefician de este fraude aluden a que la terapia floral de Bach ha sido incluída por la Organización Mundial de la Salud entre las prácticas alternativas o no convencionales. Esto no significa más que el reconocimiento de que una comunidad cree en el poder curativo del método. Si no, baste mirar algunas de las otras terapias incluidas en el listado de la OMS: espiritismo y medicina mágica africana.
Instinctothérapie (Instintoterapia)
Actualmente bastantes personas buscan salud y remedios en otras medicinas y terapias, distintas de la medicina basada en la evidencia, muchas de ellas llegadas casi sin evolucionar desde el neolítico hasta nuestros días o inventadas hace unas semanas en ese vivero de espiritualidad narcisista y misticismo hedonista de Occidente que es la new age (nueva era) californiana. Esto ha dado lugar a un próspero negocio de todo tipo, no sólo de pseudotratamientos, sino de cursos, libros e incluso se ha llegado a las sectas.
La presencia de movimientos sectarios en el campo de la salud es un fenómeno cada vez más habitual. De hecho los sanadores frecuentemente desarrollan sus actividades en un ambiente de misterio y esoterismo análogo al de las sectas.
Un ejemplo es la secta "Instinctothérapie”, creada por el ingeniero Guy Claude Burger (1934-), que defiende el alimentarse de vegetales crudos. Burguer fue condenado, por un Tribunal de París (Francia) el 21 de enero de 1997, a 3 meses de cárcel por estafa y práctica ilegal de la medicina. El recurso contra la sentencia, fue rechazado el 30 de abril de 1998. En diciembre de 2001 fue condenado a 15 años , por actividades de abuso sexual en niñas (incluida su hija), en la sede de su culto, en el castillo de Montramé, por las mismas causas ya había sido condenado en Suiza los años 1959 y 1977.
Algunas asociaciones promocionan las teorías médicas del Dr Hamer, médico austríaco que recomendó para tratar el cáncer el abandono de todas las terapias experimentadas y notablemente la quimioterapia. El Dr Hamer fue condenado, en Alemania, en 1997, a un año y siete meses de encarcelamiento. En el hospital de San-Quentin (Francia), por parte de un cirujano de la secta DAWN, se suprimieron los tratamientos anticancerosos para reemplazarlos por las flores de Bach, que este médico producía y vendía.
Había desarrollado una red de psicoterapeutas sin titulación (uno de ellos era responsable en una empresa quehaceres domésticos) cobrando por cada consulta 600 francos y más. Fue separado del servicio hospitalario y posteriormente se trasladó a un país africano.
A lo largo de los siglos se ha mantenido una ardua batalla de la racionalidad contra la credulidad.
El notable investigador Murray Gell-Mann (1929-), ganador del Premio Nóbel de Física, ha señalado: "La pseudociencia es la disociación entre la creencia y la evidencia". Siendo así, a los que están atrapados en la trampa de la credulidad les resulta muy difícil tomar un distanciamiento crítico, pues ello exige ser capaces de escapar de su propio ensimismamiento.
Obtenido en: http://www.um.es/docencia/barzana/DIVULGACION/MEDICINA/Flores_Bach.html
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