Foto de Akira Hojo en Unsplash |
Juntemos un niño autista, padres desesperados, anuncios
milagrosos, buena cantidad de dinero, un agujero en la tierra, agua mezclada
con sal y arrojemos un delfín allí. Tendremos uno de los peores ejemplos de una
creciente industria llamada Terapia Asistida con Delfines o Delfinoterapia
(TAD)"
La delfinoterapia tiene varias acepciones o "sentidos"
según quién hable de ella.
1. Por un lado están los proponentes extremos los cuales llegan a
afirmar que la delfinoterapia es "Un salto cuántico a la alegría cósmica
universal". En estos casos se llega a mantener que existe una conexión de
los delfines con el cosmos en los cuales estos animales tendrían poderes
extrasensoriales. Una forma que toma esta postura es la transmisión de energía
benefactora para la persona. La transmisión de la "energía" se
produciría al parecer por unas ondas sonoras electromagnéticas de las que se
dice que estimulan el sistema nervioso central. Según estas teorías, dichas
ondas pondrían a trabajar el cerebro y hasta llegarían a conectar las neuronas
que al parecer tendríamos inactivas en nuestro cerebro.
Se llega a afirmar que las ondas producidas tipo alfa producirían
estados de relajación. También se afirma que el mero tacto de un delfín produce
el transpaso de las ondas benefactoras. Esta forma de "terapia", como
suele ocurrir con las de carácter pseudocientífico, afirman ser buenas para múltiples
problemas: parálisis cerebral, síndrome de down, autismo, etc... En el caso del
autismo algunos llegan a afirmar que: “estimula directamente al hipotálamo a
producir endorfinas que son las células neurotransmisoras y estimula la
producción de la hormona ACTH, la cual produce en los pacientes, sensación de
estabilidad (sensación de estar en equilibrio emocional)"Cuan cierto sea
que los "autistas" tengan "desequilibrios emocionales" lo
dejo a la opinión del lector.
2. Por otro lado existen proposiciones más "apegadas a la
tierra" (aunque no menos sujetas a controversia y a pseudociencia) en las
cuales la interacción con los delfines (con la ayuda del terapeuta),
originarían una mejor calidad de vida para niños con discapacidades
relacionadas con el SNC (sistema nervioso central) o ayudarían en procesos de
desintoxicación de drogas, en personas con depresión, embarazadas, etc. Entre
las mejoras se habla de: Más seguridad en uno mismo mejora del autocontrol,
interés por relacionarse con el entorno, mejora del tono muscular (por la
natación).
3. En tercer lugar, englobaríamos aquí las prácticas que se
realizan con distintos animales (perros, gatos, delfines) en las cuales, el
animal en sí no constituye una terapia sino que son elementos que pueden ayudar
a llevar verdaderas terapias para la modificación de conducta. En este sentido
la utilización de los delfines sería tal válida como otras actividades tales
como nadar, montar a caballos, caminar, hacer submarinismo, jugar con los
padres o ver un teatro de niños (siempre y cuando no hubiera motivos de alarma
en cuanto a conservación de los delfines, tal como se señala más abajo). En
este sentido, el jugar con los delfines sería motivadores o reforzadores a
utilizar ante respuestas requeridas. A los niños por lo general les encanta el
agua cálida, oír el sonido de los animales, tocarlos, verlos nadar. Es este el
sentido reforzante que pudieran tener. Así pues, desde esta tercera
perspectiva, no se estaría hablando de "delfinoterapia".
EVIDENCIA: No existe documentación científica revisada que apoye
la mejora de los individuos que participan en programas que utilizan la
ecolocalización de los delfines para diagnosticar o curar enfermedades.
Ver por ejemplo http://www.ammpa.org/faqs.html Existe al menos un
estudio científico en el que se analiza la literatura correspondiente a la
evidencia de la llamada delfinoterapia. En este estudio se llega a la
conclusión de que la interacción con delfines no resulta más efectiva que el
uso de otros reforzadores para mejorar el aprendizaje del niño o el desarrollo
socio-emocional. También se indica cómo los diversos estudios favorables a
dicha terapia carecen de controles experimentales por lo que la mejoría de los
niños no puede ser atribuida a la intervención.
Por otro lado, existe evidencia anecdótica basada en reportes en
los que se dice que la delfinoterapia ayudó a tal o cual niño. Este tipo de
evidencia anecdótica puede ser válida para plantear hipótesis científicas, pero
no debiera ser tenida en cuenta como evidencia de validez de la terapia.
En suma: Los estudios existentes no pueden confirmar que la
práctica de esta forma "terapéutica" sea válida. La revisión de los
mecanismos explicativos de la delfinoterapia, tampoco parecen tener apoyatura
científica. Por ejemplo de la ecolocalización* como supuesta fuente emisora de
las ondas electromagnéticas sanadoras, señala Pablo Cornejo, director del Grupo
Fauna de RIMA que "estudios científicos comprueban que las
ecolocalizaciones de alta frecuencia que emite un delfín, y que supuestamente
sana a niños deficientes, jamás las han registrado cetáceos en
cautiverio". Aun así, y si no tuviéramos esto en cuenta también quedaría
un largo camino por explicar:
1.- cómo la energía pasa de los delfines a las personas.
2.- cómo afecta al sistema nervioso central
3.- cómo mejorar las capacidades del niño. Igualmente deberíamos
tener en cuenta argumentos ecológicos y conservaciones.
Por ejemplo, ciertos grupos relacionados con instituciones como:
INVESTIGACION Y CONSERVACION DE MAMIFEROS MARINOS DE ENSENADA
(ICMME); CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE CIENCIAS MARINAS; INSTITUTO NACIONAL DE
ECOLOGIA, and Ensenada and SEMARNAT (Ministry of the Environment, México D.F.)
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR (UABCS).
Abogan en un nuevo acta por la prohibición explicita de la llamada
Delfinoterapia. Datos de este tipo muestran pues que la comunidad científica en
el campo de la biología también rechaza esta "terapia".
En opinión del biólogo especialista en cetáceos, Paolo
Sanino,*"la delfinoterápia no más que una forma de explotación económica
de animales carismáticos que generalmente han sido descartados por ser ya
incapaces de realizar actos circenses más lucrativos, ingresándolos a programas
de nado con delfines en una modalidad que resulta perversa también para el ser
humano, al aprovecharse del dolor de las familias con hijos enfermos, a quienes
se les prometen milagros que sólo viven en el mundo de las especulaciones y se
alimentan de la ignorancia pública e irresponsabilidad de algunas autoridades,
sin considerar los riesgos reales de exponer a un niño a un animal de hasta
600kg, encerrado en una piscina clorada, que lo que menos desea es estar allí.
Porque no sirve, es peligroso y mantiene el tráfico de animales
silvestres, es que las autoridades de gobierno responsablemente debieran
prohibir este fraudulento negocio". Esperamos pues que el mayor
conocimiento de todas estas problemáticas haga que la percepción que se tiene
del uso de los delfines y su utilidad para los humanos cambie, aunque sea poco
a poco.
Articulo obtenido en http://groups.msn.com/AutismoABA/