viernes, 20 de mayo de 2016

La escuela

El constructivismo es la base de nuestro sistema escolar, eso dicen muchos, este  se funda en tres nociones fundamentales:

1. El alumno es el responsable de su propio proceso de aprendizaje. Es él quien construye el conocimiento, quien aprende. La enseñanza se centra en la actividad mental constructiva del alumno, no es sólo activo cuando manipula, explora, descubre o inventa, sino también cuando lee o escucha.

2. La actividad mental constructiva del alumno se aplica a los contenidos que ya posee en un grado considerable de elaboración.

3. El alumno, reconstruye objetos de conocimiento que ya están construidos. Por ejemplo, los estudiantes construyen su proceso de aprendizaje del sistema de la lengua escrita, pero este sistema ya está elaborado; lo mismo sucede con las operaciones algebraicas, con el concepto de tiempo histórico, y con las normas de relación social

4. Se necesita un apoyo (docente, compañero, padres, otros), para establecer el andamiaje que ayuda a construir conocimientos.

El profesor debe ser un orientador que guía el aprendizaje del alumno, intentando al mismo tiempo, que la construcción del alumno se aproxime a la que se considera como conocimiento verdadero. Alentar a los niños a que interactúen unos con otros, tener materiales estimulantes en un ambiente de igual índole para que puedan aprender y, más importante aún, que aprendan que el proceso del aprendizaje puede ser una experiencia satisfactoria en sí misma.

Los maestros apoyan organizando actividades que proporcionan una guía, materiales y explicaciones cuando éstas se solicitaban. No se presiona a los niños para que realicen sus tareas, o participen en determinada actividad, no se les reprueba porqué esto afecta su autoestima; en cambio, se les alienta a expresar sus sentimientos y pensamientos.
Conforme va transcurrió el año, el trabajo académico se hace cada vez menos importante, el alumno inclinado al conocimiento se hace cada vez menos frecuente.
Los mejores esfuerzos de un dedicado personal, no son suficientes para generar un alto grado de conducta enfocada hacia los saberes.

Aún más desalentador es el desarrollo de conducta social desconsiderada, ruda y abusiva de los niños hacia otros pequeños o hacia los adultos, muestran poco respecto por los derechos de los demás, de trabajar sin ser molestados, de tener propiedades o permanecer libres de abuso físico.

 La respuesta a estos abusos es una nueva idea: La escuela libre de violencia. Se celebran juntas, talleres, proyectos, en que se discutieron todos estos puntos. Los niños están de acuerdo en que muchos abusos sociales y a la propiedad resultaban indeseables a todos los interesados; sin embargo, estas aseveraciones verbales, producto de su actividad mental, no hay una reconstrucción de los objetos de conocimiento que ya están construidos, por lo que no tienen efectos sobre sus acciones subsecuentes.
La escuela se ha convertido en un lugar donde nada ni nadie estaba a salvo de la destrucción, ni aun el edificio. La libertad completa, respecto a las restricciones impuestas por los adultos ha producido un ambiente donde ninguno de los niños quedaba libre, ni siquiera del temor por su propio bienestar personal.

Más frustrante aún es el hecho de que los niños más chicos empiezan a emular la conducta, agresiva, autoritaria y abusiva de sus compañeros mayores. Parece que los adultos habían cedido su autoridad a los niños más agresivos, que ahora moldeaban a los otros para hacerlos progresivamente menos considerados uno con el otro.

El “bullying” o acoso escolar se ha incrementado en los últimos años en México, volviéndose más violento y afectando la vida escolar de los niños y adolescentes que lo padecen. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México se encuentra en el primer lugar en acoso escolar en el mundo.