jueves, 15 de octubre de 2009

IDENTIFICACIÓN DE CONDUCTAS


IDENTIFICACIÓN DE
CONDUCTAS                                                                       
Para ayudar a los niños a cambiar su conducta, lo primero que se debe hacer es identificar claramente aquella conducta que queremos deje de realizar.
Una conducta es todo aquello que el niño hace o dice, por ejemplo: llorar, caminar, sonreír, hablar, rasguñar, morder, tirarse al suelo, acariciar, leer, jugar, etcétera.
Cuando nos refiramos al comportamiento de una persona debemos evitar términos vagos, tales como decir que es berrinchudo, inquieto, egoísta, grosero, nervioso, dócil, temeroso, etc., puesto que éstos son términos muy generales y no se refieren concretamente a la conducta del niño, por tanto impiden dirigir nuestra atención hacia algo concreto del comportamiento.

Pero, ¿cuáles son las conductas que los padres consideran problemáticas en sus hijos?
Este juicio frecuentemente toma en cuenta los siguientes criterios:

·       Número de veces que se esté presentando la conducta.
·       Tiempo que dure el niño realizando la conducta.
·       Daño físico u ofensa que cause a otra persona con su comportamiento.
·       Daño físico que cause a su propia persona.
·       Lo apropiado que resulte la situación, para que una conducta se esté presentando.
·       Las Imitaciones sociales que se provoque a sí mismo con su conducta.

Esto significa que una conducta no resultará problemática por sí misma; sino que depende de la percepción que tenga la gente de ésta basándose en los puntos arriba mencionados.  Tenemos así, que llorar podría considerarse como una conducta problema en el caso de que se diera en la tienda cuando el niño trata de convencer a los padres de que le compren un juguete que ha elegido, pero llorar cuando se ha machucado la mano en la puerta no se considerara problemática porque esta conducta es una reacción natural en la situación en la que se está presentando; en otro ejemplo, tendríamos que andar de un lugar a otro no sería problemático si esta conducta la realiza cuando está arreglando su cuarto, pero se convertiría en problemática si frecuentemente observamos que en cualquier lugar que esté, ya sea dentro o fuera de la casa, anda de un lugar a otro tocando las cosas, haciendo ruido con los objetos, etc., sin que haya un motivo para que lo haga.

MEDICIÓN DE LA       
CONDUCTA           

Una vez que se ha precisado el aspecto por modificar, el siguiente paso será medir la conducta que nos interesa; esta medición la haremos contando el número de veces que se presenta la conducta en un periodo determinado, contando la duración que tiene cada vez que se presenta, 0. en algunos casos,  puede ser útil contar el número de a elementos dejados como producto de una conducta que difícilmente podamos observar cuando ocurre, como es en el caso de robo. Para determinar la medida que vamos a utilizar para contar la conducta que nos interesa, tendremos primeramente que observar las características que presenta:
1. Si observarnos que se trata de una conducta en la que fácilmente podemos apreciar, su inicio y su fin, entonces será conveniente que contemos el número de veces que ocurre en un determinado periodo, ejemplos de conductas que cumplen con estas características son: patear, decir groserías, aventar a una persona, zancadillar a las personas, decir "no agarres mis juguetes", número de cerillos encendidos, etcétera.
2. Tendremos otro tipo de conductas que se presentan siempre juntas y se repiten tan frecuentemente una después de otra durante un largo periodo que difícilmente se podría contar las veces que estas ocurren; en estos casos será más útil contar la duración que tiene toda la serie de conductas desde que se presenta la primera hasta que aparece la última de ellas; ejemplo de conductas con estas características son: moverse de un lugar a otro ya sea caminando o corriendo, tirarse al suelo, patalear y llorar, etcétera. 
3. Habrá ocasiones en que será necesario considerar la duración de la conducta, porque lo importante es el tiempo que dura el niño realizándola, más que las veces que se presenta; algunos ejemplos de conductas de este tipo son: chuparse el dedo, morderse las uñas, llorar, etcétera.
 4. En otras ocasiones difícilmente se podrá observar la conducta directamente en el momento en que se presente, por tanto, será necesario contar el producto de ella; por ejemplo: en el caso de que estemos interesados en establecer el hábito de orden en el niño y para ello determinemos que la ropa sucia deberá colocarse en un determinado lugar, podría ser útil contar el número de piezas de ropa sucia que se encuentran regadas por el cuarto durante el tiempo determinado previamente.  Como otro ejemplo, consideremos a un niño cuyo problema es que frecuentemente trae cosas que no son suyas a la casa, en este caso sería útil contar el número de objetos que no son de su propiedad y que están en su poder, ya que difícilmente se podría observar el número de veces que toma objetos ajenos.

Por otra parte, la medición de la conducta la debemos hacer antes de iniciar algún procedimiento educativo con el niño.  Esta medida inicial nos permitirá determinar la intensidad actual del problema.  La medición durante la aplicación del procedimiento educativo nos emitirá juzgar con exactitud la efectividad de la ayuda que el padre esté proporcionando al niño para que mejore su comportamiento.
El tiempo durante el cual hará la medición de la conducta antes de iniciar el tratamiento dependerá de la frecuencia con la que se esté presentando ésta.  En caso de tratarse de conductas que se presentan sólo una o dos veces a la semana, será necesario hacer la medición durante un mes antes de iniciar el tratamiento para tener un panorama más real del nivel inicial de la conducta.  Para aquellas conductas que se presenten muchas veces al día, será suficiente contarlas durante tres días seguidos antes de iniciar el procedimiento correctivo.
El tiempo que observará el padre al niño para contar la conducta, dependerá de las características que tenga ésta.  En caso de que se trate de una conducta que se presente sólo una o dos veces durante el día, será necesario que el padre observe al niño todo el tiempo que tenga la oportunidad de estar con él; a fin de que pueda contar la aparición de la conducta.
Si se trata de una conducta que se presenta muchas veces al día, como podría ser el caso de caminar de un lugar a otro constantemente, cambiar los objetos de lugar, etc., se podría seleccionar una o varias horas del día para hacer la observación del niño y medir la conducta.  Es importante considerar que serán seleccionadas aquellas horas en las que sea más probable que se presente la conducta problema del niño.
Para anotar la medición de la conducta que estamos interesados en contar, podremos ayudarnos para ello de unas hojas elaboradas para tal fin y que llamaremos: Registros, en los cuales consideraremos todos los datos que estemos interesados en reunir sobre determinada conducta.
En la página siguiente presentamos dos ejemplos con los que se muestra el uso de los registros de frecuencia y duración.
En el espacio correspondiente se anotará el nombre del niño del cual estemos contando la conducta.  A continuación se escribirá la conducta que se va a medir, la describiremos claramente, en términos de aquello que podamos ver o escuchar; por ejemplo: número e veces que Juanito avienta a su hermano.
En la columna correspondiente a día, consideraremos la fecha en la que estemos midiendo la conducta.  En la columna que se refiere al número de veces que se presenta la conducta, pondremos una marca X cada vez que observemos que el niño esta realizando la conducta que estemos contando.  Al final del día sumaremos todas las veces que se presentó la conducta y colocaremos este total en la columna correspondiente.  En la última columna (Tiempo de observación) anotaremos la(s) horas(s) durante las cuales se estuvo observando al niño para contar con su conducta.
A continuación presentamos un ejemplo ya elaborado de este registro a fin de aclarar lo anteriormente descrito:

Registro de frecuencia

Nombre del Niño:
Conducta que se va a medir:
       
Día
Numero de veces que se presenta la conducta
Total
Tiempo de observación
L



M



M



J



V



S



D




Pongamos el caso de que nos interese contar el número de veces que Arrnando avienta a sus hermanos.  En este caso, como se trata de una conducta que fácilmente podemos apreciar cuando se inicia y termina, utilizaremos un registro de frecuencia como sigue:


Registro de frecuencia

Nombre del niño: Amando
Conducta que se va a medir: Número de veces que Armando avienta a sus hermanos,

Día
Numero de veces que se presenta la conducta
Total
Tiempo de observación
L L 23/IX               
X X X X X
5
6-7 p.m.
M 24I/IX
X X         
2
6-7 p. m.
M 25/IX
                       
0
6-7 p. m.
J  26/IX
X X X X X X    
6
6-7 p. m.
V 27/IX
XXXXXXX      
7
6-7 p. m.
S  28/IX
XXXXXX
6     
6-7 p. m.
D 29/IX
X X X X X
5     
6-7 p. m.

En caso de estar realizando un registro en el que se considere la duración de la conducta, utilizaríamos el siguiente:

 Registro de duración

Nombre del niño:
Conducta que se va a  medir:

Día
Tiempo que duró la  conducta           

Total
Tiempo de observación
L






M






M






J






V






S






D








En el espacio correspondiente se anotará el nombre del niño del cual estemos contando la conducta.  A continuación se anotará la conducta que se va a medir, la describiremos claramente en términos de aquello que podamos ver o escuchar.
En la columna correspondiente a día, consideraremos la fecha en la que estemos midiendo la duración de la conducta.  En la columna que se refiere a tiempo que duró la conducta, consideraremos en cada cuadro la duración que tiene la conducta cada vez que la observemos.  Es importante considerar que la conducta puede aparecer durante el tiempo que se observe solamente una vez pero con una duración igual al total del tiempo observado, o bien, puede aparecer varias veces durante este periodo; en este caso, se anotará en cada cuadro la duración que tuvo cuando se presentó.  Al final del día sumaremos las duraciones parciales y el total lo anotaremos en la columna correspondiente.  En la última columna anotaremos aquella(s) hora(s) durante las que se haya hecho la observación del niño.
A continuación ofrecemos un ejemplo elaborado considerando el formato antes descrito para realizar un registro de duración:

Pongamos el caso de que nos interese saber el tiempo que Lupita permanece chapándose el dedo.  Dadas las características de esta conducta, utilizaremos un registro de duración corno sigue:

Registro de duración

Nombre del niño:
Conducta que se va a medir:  Tiempo que permanece chapándose el dedo.

Día
Tiempo que duró la  conducta            

Total
Tiempo de observación
L  23/IX
10´



15´
4-5 pm. 8-9 pm.
M 24/IX
15´
10´
45´

65´
4-5 pm. 8-9 pm.
M 25/IX
60´
10

10´
75´
4-5 pm. 8-9 pm.
J   26/IX





4-5 pm. 8-9 pm.
V  27/IX
40´
´30´


85´
4-5 pm. 8-9 pm.
S   28/IX
120



120´
4-5 pm. 8-9 pm.
D  29/IX
120´



120´
4-5 pm. 8-9 pm.


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