miércoles, 28 de mayo de 2008

¿Delfinoterapia?


Foto de Akira Hojo en Unsplash


Juntemos un niño autista, padres desesperados, anuncios milagrosos, buena cantidad de dinero, un agujero en la tierra, agua mezclada con sal y arrojemos un delfín allí. Tendremos uno de los peores ejemplos de una creciente industria llamada Terapia Asistida con Delfines o Delfinoterapia (TAD)"

La delfinoterapia tiene varias acepciones o "sentidos" según quién hable de ella.

1. Por un lado están los proponentes extremos los cuales llegan a afirmar que la delfinoterapia es "Un salto cuántico a la alegría cósmica universal". En estos casos se llega a mantener que existe una conexión de los delfines con el cosmos en los cuales estos animales tendrían poderes extrasensoriales. Una forma que toma esta postura es la transmisión de energía benefactora para la persona. La transmisión de la "energía" se produciría al parecer por unas ondas sonoras electromagnéticas de las que se dice que estimulan el sistema nervioso central. Según estas teorías, dichas ondas pondrían a trabajar el cerebro y hasta llegarían a conectar las neuronas que al parecer tendríamos inactivas en nuestro cerebro.

Se llega a afirmar que las ondas producidas tipo alfa producirían estados de relajación. También se afirma que el mero tacto de un delfín produce el transpaso de las ondas benefactoras. Esta forma de "terapia", como suele ocurrir con las de carácter pseudocientífico, afirman ser buenas para múltiples problemas: parálisis cerebral, síndrome de down, autismo, etc... En el caso del autismo algunos llegan a afirmar que: “estimula directamente al hipotálamo a producir endorfinas que son las células neurotransmisoras y estimula la producción de la hormona ACTH, la cual produce en los pacientes, sensación de estabilidad (sensación de estar en equilibrio emocional)"Cuan cierto sea que los "autistas" tengan "desequilibrios emocionales" lo dejo a la opinión del lector.

2. Por otro lado existen proposiciones más "apegadas a la tierra" (aunque no menos sujetas a controversia y a pseudociencia) en las cuales la interacción con los delfines (con la ayuda del terapeuta), originarían una mejor calidad de vida para niños con discapacidades relacionadas con el SNC (sistema nervioso central) o ayudarían en procesos de desintoxicación de drogas, en personas con depresión, embarazadas, etc. Entre las mejoras se habla de: Más seguridad en uno mismo mejora del autocontrol, interés por relacionarse con el entorno, mejora del tono muscular (por la natación).

3. En tercer lugar, englobaríamos aquí las prácticas que se realizan con distintos animales (perros, gatos, delfines) en las cuales, el animal en sí no constituye una terapia sino que son elementos que pueden ayudar a llevar verdaderas terapias para la modificación de conducta. En este sentido la utilización de los delfines sería tal válida como otras actividades tales como nadar, montar a caballos, caminar, hacer submarinismo, jugar con los padres o ver un teatro de niños (siempre y cuando no hubiera motivos de alarma en cuanto a conservación de los delfines, tal como se señala más abajo). En este sentido, el jugar con los delfines sería motivadores o reforzadores a utilizar ante respuestas requeridas. A los niños por lo general les encanta el agua cálida, oír el sonido de los animales, tocarlos, verlos nadar. Es este el sentido reforzante que pudieran tener. Así pues, desde esta tercera perspectiva, no se estaría hablando de "delfinoterapia".

EVIDENCIA: No existe documentación científica revisada que apoye la mejora de los individuos que participan en programas que utilizan la ecolocalización de los delfines para diagnosticar o curar enfermedades.

Ver por ejemplo http://www.ammpa.org/faqs.html Existe al menos un estudio científico en el que se analiza la literatura correspondiente a la evidencia de la llamada delfinoterapia. En este estudio se llega a la conclusión de que la interacción con delfines no resulta más efectiva que el uso de otros reforzadores para mejorar el aprendizaje del niño o el desarrollo socio-emocional. También se indica cómo los diversos estudios favorables a dicha terapia carecen de controles experimentales por lo que la mejoría de los niños no puede ser atribuida a la intervención.

Por otro lado, existe evidencia anecdótica basada en reportes en los que se dice que la delfinoterapia ayudó a tal o cual niño. Este tipo de evidencia anecdótica puede ser válida para plantear hipótesis científicas, pero no debiera ser tenida en cuenta como evidencia de validez de la terapia.

En suma: Los estudios existentes no pueden confirmar que la práctica de esta forma "terapéutica" sea válida. La revisión de los mecanismos explicativos de la delfinoterapia, tampoco parecen tener apoyatura científica. Por ejemplo de la ecolocalización* como supuesta fuente emisora de las ondas electromagnéticas sanadoras, señala Pablo Cornejo, director del Grupo Fauna de RIMA que "estudios científicos comprueban que las ecolocalizaciones de alta frecuencia que emite un delfín, y que supuestamente sana a niños deficientes, jamás las han registrado cetáceos en cautiverio". Aun así, y si no tuviéramos esto en cuenta también quedaría un largo camino por explicar:

1.- cómo la energía pasa de los delfines a las personas.

2.- cómo afecta al sistema nervioso central

3.- cómo mejorar las capacidades del niño. Igualmente deberíamos tener en cuenta argumentos ecológicos y conservaciones.

Por ejemplo, ciertos grupos relacionados con instituciones como:

INVESTIGACION Y CONSERVACION DE MAMIFEROS MARINOS DE ENSENADA (ICMME); CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE CIENCIAS MARINAS; INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGIA, and Ensenada and SEMARNAT (Ministry of the Environment, México D.F.) UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR (UABCS).

Abogan en un nuevo acta por la prohibición explicita de la llamada Delfinoterapia. Datos de este tipo muestran pues que la comunidad científica en el campo de la biología también rechaza esta "terapia".

En opinión del biólogo especialista en cetáceos, Paolo Sanino,*"la delfinoterápia no más que una forma de explotación económica de animales carismáticos que generalmente han sido descartados por ser ya incapaces de realizar actos circenses más lucrativos, ingresándolos a programas de nado con delfines en una modalidad que resulta perversa también para el ser humano, al aprovecharse del dolor de las familias con hijos enfermos, a quienes se les prometen milagros que sólo viven en el mundo de las especulaciones y se alimentan de la ignorancia pública e irresponsabilidad de algunas autoridades, sin considerar los riesgos reales de exponer a un niño a un animal de hasta 600kg, encerrado en una piscina clorada, que lo que menos desea es estar allí.

Porque no sirve, es peligroso y mantiene el tráfico de animales silvestres, es que las autoridades de gobierno responsablemente debieran prohibir este fraudulento negocio". Esperamos pues que el mayor conocimiento de todas estas problemáticas haga que la percepción que se tiene del uso de los delfines y su utilidad para los humanos cambie, aunque sea poco a poco.



Articulo obtenido en http://groups.msn.com/AutismoABA/